Nos lo enseñaron de pequeños, a muchos se nos olvida o no le damos importancia. Hoy sacamos del cajón la importancia de las tres erres (3R), y mucho ojo, que el orden sí importa: reduce, reutiliza y recicla.
Cada acto en nuestra vida diaria crea un impacto tanto medioambiental como también social (de alguna manera nos afecta a todos) y es nuestra responsabilidad de cierto modo minimizar ese impacto.
El orden sí altera el producto
Hay más erres parte de las tres básicas como por ejemplo proponen en Zero Waste Indonesia. En las tres principales que hablo en este artículo, el orden sí que es importante pues aplicándolo en orden nos permite reducir el consumo de materiales y productos innecesarios reduciendo drásticamente la generación de residuos
Reduce
Antes de comprar algo, piensa si lo necesitas. Esta es fácil verdad? Hablamos de la ropa en otro artículo, de verdad creemos que es necesario arrasar las rebajas cada temporada? ¿Cuántas veces has comprado ropa porque se te ha roto y lo necesitabas?
Recuerdo cuando era un canijo, donde las compras en mi casa se hacían prácticamente en el mercado de abastos, y donde el frutero y el carnicero prácticamente despachaban a granel. A día de hoy, concentramos cada vez más las compras en los supermercados, donde prácticamente todo está envasado con plásticos o cartón. Todos esos envases con un ciclo de vida cortísimo que tiramos nada más vamos a consumir el producto.
Un día me paré en la cocina mirando a la bolsa de basura del contenedor amarillo (envases y plásticos) y me dije; ¿Todo eso lo has generado tú en tres días? Con solo mirar y pensar en el procesado de esos plásticos desde el petróleo hasta la bolsa de basura y da bastante vértigo.
Reutiliza
Cada vez es más común encontrar la última moda en las tiendas confeccionado sobre materiales poco resistentes. Pues el objetivo es que el consumidor sea frecuente a la hora de recurrir a ella. La industria está a un nivel de optimización, que ha arrinconado durante años al concepto de arreglar la ropa, que ya no merece la pena en comparación a comprar nueva. Preferimos comprar una camiseta que ha viajado por medio mundo, donde la materia prima viajó de Sudamérica a Asia, donde una vez confeccionado viajó hacia los escaparates de Europa. Evidentemente, todo este camino tiene un precio. Esto solo es un pequeño ejemplo de otras muchas cosas que podríamos hacer. La globalización ha hecho que perdamos la cercanía de la producción y eso genere más contaminación innecesaria que nos rodea.
Recicla
El envase que cae en el cubo amarillo no siempre puede ser reciclado. Hay estudios que han demostrado que no se consigue reciclar ni el 20% de toda la basura de plásticos que tiramos. Por eso, reducir el uso es imprescindible para limitar el impacto pues de poco sirve reciclar si consumimos productos innecesarios.